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Mostrando entradas de septiembre, 2017

5.- Aurora.

  Hoy es uno de esos días en los que escribir me supone un esfuerzo mayor que en esos otros en los que las palabras se reproducen como por generación espontánea y con el orden conciso que caracteriza a los nodos de un cristal precioso. Pueda deberse quizás a que hace unos días que no leo con la misma precisión mas pueda ser, en cambio, porque también he estado viviendo con la mayor sinceridad y eso, estimado lector, afecta directamente a la retórica. Al menos a la mía. En cualquier caso, así es como confluyen en el tao semejantes fuerzas contrarias, encontradas y contradictorias, regidas por un principio de solidaridad infinita que abraza su misma naturaleza. Así es la aurora que necesita del ocaso para resurgir de nuevo antes de sucumbir, a su vez, al próximo crepúsculo vespertino.   Fiedrich Nietzsche (1844-1900) se sirve de Aurora para mostrarnos olores completamente distintos y mucho más amables. Aurora no contiene palabras negativas, ni artillería pesada, ni tan siquiera lige

4.- A propósito de Walter Benjamin.

 "Saber es poder". Apenas ha habido nadie que no lo haya escuchado en alguna ocasión mas es probable que tan solo unos cuantos hayan analizado el sentido de semejante mantra. Se trata de una receta racional proclamada por la escuela que adoctrinaba para aprender en lugar de enseñar a aprender. Sin embargo, en realidad no todo lo que se sabe se termina sabiendo para algo. La mayoría estudia para el vacío y, de este modo, quienes  no ansíen el poder renegando aun más del saber acabarán por ser mártires de esta civilización.    Aparecen así los que no creen que hubiese que aprender algo. La escuela emboba con sus saberes defectibles convirtiendo el proceso de inserción social en un proceso de condicionamiento aversivo al natural desarrollo de la personalidad y el espíritu crítico . De esta forma, se acaba por premiar la vociferación de los ánimos discretos rechazando la formación fundada del juicio, todo ello al amparo de la ironía.   A Walter Benjamin se lo conoce por

3.- La pedagogía de la pregunta.

  El modelo educativo propuesto por el célebre pedagogo brasileño Paulo Freire (1921-1997) culmina en la proclamación de la educación como mecanismo liberador del hombre. Tal modelo se construye sobre las antípodas de lo que él denomina educación domesticadora , la cual inocula una conciencia bancaria de la educación al educando, quien de manera pasiva recibe el saber, alienándose y ahogando su expresión crítica, su palabra. No caben en este planteamiento preguntas por parte del educando pues el educador se limita tan solo a dar respuesta a aquellas preguntas que nunca fueron formuladas. De esta manera, la educación bancaria ahoga el diálogo, la creatividad y la conciencia. Freire defiende el diálogo como práctica misma de la libertad, diálogo que se origina en la pedagogía de la pregunta. El diálogo revela la palabra y la palabra origina la conciencia. Así, el diálogo se produce en el ámbito de la educación en el cual todos los agentes son igualmente educandos, esto es, todos parti

2.- Un problema bien puesto.

  Jacques Hadamard (1865-1963) fue un matemático francés que trabajó en las universidades de Burdeos y París. Sucedió a Henri Poincaré al frente de la Academia de las Ciencias de Francia en 1912 y se interesó especialmente por el estudio de los procesos mentales que acontecen en la mente del sujeto que investiga en el ámbito de la matemática. La expresión que da nombre a esta entrada no se trata tan solo de una expresión coloquial. En verdad, Hadamard creía que para que un modelo matemático gozase de relevancia científica, este debía satisfacer ciertas propiedades. Concretamente, debería existir una solución del modelo y esta habría de ser única. Además, el comportamiento de la solución habría de variar de manera continua conforme así lo hiciesen las condiciones iniciales, esto es, que si los datos cambiasen ligeramente, entonces la solución del modelo perturbado sería próxima a la del problema primigeneo.      Por otra parte, en el aula hemos tratado de dilucidar los motivos q

1.- El mito de la caverna.

  Se nos ha instado a ver (al menos, a intentarlo) la película-documental llamada La educación prohibida . Someramente podría decirse que esta constituye un intento por presentar distintas propuestas educativas fundamentadas sobre la asunción de que la escuela ha de velar por el desarrollo individual de cada persona en la línea en la que se pronunciaba el informe Spens de 1937 en la Inglaterra de entreguerras:   El plan de estudios [...] debe contemplarse más en términos de actividad y experiencia que en los de adquisición de conocimientos [...].   El largometraje comienza con una voz en off que realiza una interpretación exotérica del célebre mito de la caverna al amparo que le otorga el previo aviso de no ser más que un recuerdo de una clase de filosofía [sic.], al tiempo que se intercalan imágenes que identifican a los distintos componentes de la alegoría con los propios de un aula. A saber:   En una caverna se encontraban un grupo de hombres prisioneros de nacimiento [los alumnos

0.- La razón de todo esto.

  Pues resulta que me ha parecido adecuado comenzar este periplo manifestando su ratio essendi .   Para ello es absolutamente necesario exponer antes quién soy . Mi nombre es Héctor Sanz y soy graduado en matemáticas por la Universidad de Valladolid. Asimismo, también he estudiado un máster sobre lógica y filosofía de la ciencia en la misma universidad. Estoy actualmente comenzando el máster en educación secundaria con el objeto de llegar a ser un día profesor y es precisamente en el seno de una de sus asignaturas, Procesos y contextos educativos , en el que ha surgido este blog. En efecto, según parece, habré de realizar determinados comentarios y reflexiones al respecto de asuntos relacionados con la educación que se irán recopilando en este formato.    Me gustaría dar cuenta de que usualmente he renegado de las distintas formas de redes sociales. Creo que no incorporo una razón útlima para hacerlo. Simplemente, lo hago. No me gustan y no tengo tiempo. O mejor aún, el tiempo l