Hoy es uno de esos días en los que escribir me supone un esfuerzo mayor que en esos otros en los que las palabras se reproducen como por generación espontánea y con el orden conciso que caracteriza a los nodos de un cristal precioso. Pueda deberse quizás a que hace unos días que no leo con la misma precisión mas pueda ser, en cambio, porque también he estado viviendo con la mayor sinceridad y eso, estimado lector, afecta directamente a la retórica. Al menos a la mía. En cualquier caso, así es como confluyen en el tao semejantes fuerzas contrarias, encontradas y contradictorias, regidas por un principio de solidaridad infinita que abraza su misma naturaleza. Así es la aurora que necesita del ocaso para resurgir de nuevo antes de sucumbir, a su vez, al próximo crepúsculo vespertino.
Fiedrich Nietzsche (1844-1900) se sirve de Aurora para mostrarnos olores completamente distintos y mucho más amables. Aurora no contiene palabras negativas, ni artillería pesada, ni tan siquiera ligera. Pero no por ello deja de sacudir los cimientos de aquellos que gozan de la finura precisa para aceptar su mensaje con esquiva cautela. Para Nietzsche, la cuestión de la procedencia de los valores morales es un problema capital, cree firmemente que la humanidad se ha regido por calumniadores del mundo, violadores del hombre y astutos vengativos [sic]. En concreto, estos valores eran transmitidos en forma de adoctrinamiento y es su propósito el promover una transvaloración de todos los valores, que derive en el auge de la confianza dispuesta sobre todo aquello que hasta el momento había sido despreciado.
Atender a la diversidad es una labor que ha de abordarse con sumo cuidado, con pasos firmes y metas factibles. La diversidad es necesaria para la existencia. Es inherente a la naturaleza humana y no es posible renegar de ella y, por eso mismo, el planteamiento educativo del O Pelouro (dejo el enlace abajo) es muy adecuado para lograr un temprano conocimientos de la misma. Como se dice en el video, hay que saber lo que eres tú. Y eso solo es posible a través del conocimiento del otro.
Sin embargo, la prudencia ha de estar siempre presente como enlace mismo con la realidad. De esta forma, creo que se ha de ser muy cuidadoso a la hora de proclamar máximas como que el conocimiento viene por añadidura. La paradoja es parte también de nuestra substancia y, necesariamente, brota en forma de contradicción. No he podido dejar de ver otro video sobre el referido colegio (segundo enlace abajo) en el que, como consecuencia de una cuestión burocrática, los alumnos del O Pelouro se quedaban sin ESO, permaneciendo a expensas de ser redistribuidos en otras escuelas. Llama la atención el recelo hacia el cambio que manifiestan algunos de los propios defensores de la escuela del cambio. Por supuesto que entiendo que se reniegue de tal alteración impuesta y que no quiero decir que esta me parezca bien, ni mucho menos, jactarme de las desgracias ajenas. Mi intención es, únicamente, apuntar que no se debe tener tanto miedo a quedarse sin eso pues inevitablemente a cada reforma le sigue su contrarreforma, como a cada ocaso su aurora.
Muchas gracias por el tiempo dedicado a estas líneas,
Héctor Sanz.
Me encanta como escribes. En cuanto al contenido, es injusto que los alumnos de este proyecto tan humano e innovador no recibieran el título deseado. Yo me pregunto: ¿Es envidia? ¿Es incomprensión?
ResponderEliminarNo lo sé... Pero está claro que somos reticentes a cambiar y al principio nos cuesta, así que habrá que insistir y apoyar estas propuestas de educación "humana".
Me gustaría poder decirte que no es ni envidia, pero tengo mis dudas pues estoy casi seguro de que muchos no verán más allá del hecho de que esta escuela pueda ser "más fácil".
EliminarEn cuanto a lo del cambio.. Lo que quiero transmitir es que promover el cambio implica el compromiso moral con la aceptación de ser cambiado. Por tanto, si es que verdaderamente hay que apoyar una escuela más "humana" (tu has elegido el término y es resbaladizo..), también habrá que estar dispuesto a permitir que existan otras que lo sean menos.
En cualquier caso, gracias por el comentario ;)
Buenas tardes, Héctor.
ResponderEliminarAdemás de O Pelouro, ¿conoces algún otro centro cuya pragsis principal sea la atención a la diversidad? Imagino que no muchos: ¿cuál crees que es el motivo de la falta de estos colegios?
Gracias.
Estimado Javier,
Eliminarante todo, gracias por el comentario. En respuesta a tu comentario te diría que habría que tener claro qué se entiende por "atender a la diversidad". Intuyo que casi todas las escuelas de nuestro país de escuelas la atienden en algún grado como consecuencia de la regulación que la erige en un deber de los centros. En todo caso, no, no conozco ningún centro cuya praxis primordial sea la de atender a la diversidad (tampoco tengo claro que esta labor deba ser el cometido fundamental de ninguna escuela).
Un saludo.
Buenas tardes Héctor
ResponderEliminarAhh el viejo Nietzsche. ¡ Qué grande Héctor ¡
El recuerdo de la transvaloración, me ha recordado la necesidad que tenemos en algunas materias, de desaprender todo lo aprendido hasta ahora y apostar por todo lo prohibido y calumniado en educación.
Las normas sobre la diversidad van contra ella, sólo desde el respeto de la individualidad y del hecho que todos somos diversos y por tanto no existe la diversidad como tal, se puede abordar, a mi juicio el tema. Es la raíz propia del ser humano lo que nos hace diferentes y ricos en nuestra diferencia.
En definitiva, creo que la mejor forma de trabajar la diversidad es no trabajarla, todos somos diversos , diferentes; el sólo hecho de manejar el concepto supone crear "diferencias".
Gracias Héctor por la entrada, y a Alba por la recomendación.
Respondo por alusiones:
EliminarEn primer lugar, y en mi estricta opinión, creo que la diversidad debe ser trabajada, porque de otro modo, surge la discriminación y las desigualdades educativas.
En segundo lugar, Héctor, tendrás que reconocer mi gran labor "de representante" no oficial... ;)
Hola Alba
EliminarPor aclarar alusiones.
Cuando digo que la mejor forma de trabajar la diversidad es no trabajarlo ( conceptualmente ya supone un trabajo), lo que quiero decir es que se debe trabajar con las personas en su individualidad,, incluir supone eso, nadie es raro por ser diferente o diverso.
Una vez, una persona con discapacidad me comentó que si quería ayudarlo, lo tratara como un igual, que no tuviera ninguna diferencia con él. Tengo una hermana con una discapacidad intelectual y procuro, en la medida de los posible, trabajar ese concepto y no dejo de sorprenderme de como responde.
No sé si sirven los ejemplos, en fín, no quiero que desaparezcan las escuelas como las del ejemplo, antes al contrario, pero me da miedo que desviando a personas diferentes/diversas... a centros especiales, se hagan "guettos", y creo que hay que normalizar lo diverso y lo diferente.
Como diría Nietzsche hay que subvertir los valores de la educación, para eso estamos aquí.
Gracias a Alba y a José por los comentarios. Me encanta ver como se crea polémica en esta página.
EliminarPuesto que no me ha quedado claro hoy en clase si soy o no soy conciliador, no se muy bien qué deciros. Creo que ambos tenéis razón y que ninguno la tenéis. Si analizáis los argumentos que habéis escrito, coindidiréis conmigo en que, en última instancia, la cuestión que surge es la de si todos los niños deben ser educados de manera conjunta o si, por el contrario, deben ser distribuidos de acuerdo con sus diferencias y su rendimiento. Este debate no es nuevo en este ámbito y, como todas las cosas importantes, no existe una postura unánime. Todo tiene pros y contras. Lo que si es enriquecedor es que se reflexione al respecto: la reflexión que ahora realicemos hará de nosotros unos mejores profesionales de la educación.
..Solo se que no se nada..
Saludos a ambos.
Otro magnífico artículo como viene siendo costumbre. ¿Piensas que el sistema educativo mejoraría en competitividad si este tipo de escuelas fueran una alternativa real a la escuela tradicional?
ResponderEliminarGracias Alberto por el halago. Espero que las entradas siguientes sigan siendo de tu agrado.
EliminarLa pregunta que me lanzas es muy difícil de abordar. Hablas de "mejorar en competitividad" como si existiese una competición subyacente entre unos sistemas educativos y otros. De ser así (al fin y al cabo estamos acostumbrados a que se nos presente la calidad de los distintos modelos educativos como si se tratase de rankings deportivos), habría que tener claro cuáles son los baremos y en base a qué criterios se puede afirmar la mayor competitividad de uno frente a otro. Por ejemplo, si el criterio fuese el alcanzar, perdón por pecar de ingenuo, la "felicidad" del mayor número de niños posibles, quizás estos centros fuesen más adecuados que otros notablemente más estrictos. Date cuenta de que este ejemplo es clarificador pues ya habrás reconocido que la felicidad de los pequeños depende solo en una parte ínfima de lo que ocurre en la escuela. ¿Por qué no ocurrirá de forma similar con el resto de posibles criterios? Te animo a que leas (y comentes ;) ) la entrada que lleva por nombre "Un problema bien puesto". Ahí observarás cómo trato de exponer que, quizás, el plantear una educación demasido individualizada nos conduzca (al menos, conceptualmente) a no poder prever los resultados de la misma.
Un saludo.