Ir al contenido principal

4.- A propósito de Walter Benjamin.

 "Saber es poder". Apenas ha habido nadie que no lo haya escuchado en alguna ocasión mas es probable que tan solo unos cuantos hayan analizado el sentido de semejante mantra. Se trata de una receta racional proclamada por la escuela que adoctrinaba para aprender en lugar de enseñar a aprender. Sin embargo, en realidad no todo lo que se sabe se termina sabiendo para algo. La mayoría estudia para el vacío y, de este modo, quienes  no ansíen el poder renegando aun más del saber acabarán por ser mártires de esta civilización. 

  Aparecen así los que no creen que hubiese que aprender algo. La escuela emboba con sus saberes defectibles convirtiendo el proceso de inserción social en un proceso de condicionamiento aversivo al natural desarrollo de la personalidad y el espíritu crítico. De esta forma, se acaba por premiar la vociferación de los ánimos discretos rechazando la formación fundada del juicio, todo ello al amparo de la ironía.

  A Walter Benjamin se lo conoce por ser uno de los más críticos con el movimiento nacionalsocialista, con Hitler y con la teoría fascista. Escribió

  Locos los que se lamentan de la decadencia de la crítica. [...] La crítica es una cuestión de distancia correcta. Ella se encuentra a gusto en un mundo en el que todo depende de las perspectivas y los decorados y en el que es todavía posible adoptar un punto de vista. [...] La "ingenuidad" de "la mirada libre" es mentira, cuando no expresión totalmente naíf de una incompetencia declarada.

  No es una novedad que, en ocasiones, el derecho a aprender se ve restringido por la obligación de asistir a la escuela. Pero esta cuestión debe ser abordada eludiendo el cinismo, detectando que nuestros argumentos sin fundamento más allá de la propia experiencia son meros frutos de las enseñanzas previamente adquiridas. El primer filtro ha de ser un mismo pues nada enturbia más la razón que los propios intereses personales entre los que destaca la autoconvicción.

  Walter Benjamin se suicidó en Portbou a los 48 años.

  Muchas gracias por el tiempo empleado en leer estas líneas,
  Héctor Sanz.

Comentarios

  1. Buenas, Héctor:

    Si bien admiro tu forma de escribir, no puedo estar de acuerdo con la primera parte del texto. Afirmas que parte de lo que se aprende se estudia para el vacío... y yo quería plantearte, ¿No crees que el conocimiento tenga un valor en si mismo?

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el comentario.

    En primer lugar, tendríamos que dejar claro lo que entendemos por saber. Yo estoy refiriéndome al conocimiento teórico, el del manual de instrucciones por así decir. Como contrapartida aparece el conocimiento práctico, el saber cómo arreglar la lavadora. ¿Cuál es el importante?
    Pues no se. No existe una única respuesta. De hecho, hay distintos acercamientos a la dualidad conocimiento teórico - conocimiento práctico. Unos defienden que el teórico es el superior mientras que otros proponen lo contrario.

    Volviendo al tema que nos ocupa.. Lo que yo insinuo es pretender justificar el conocimiento teórico a partir de su practicidad (que es la tendencia predominante hoy en día) es arriesgado pues es posible que no hallemos nunca una aplicación efectiva del mismo.

    Espero haberte respondido.

    Un saludo,
    Héctor.

    ResponderEliminar
  3. ...pues a mi la práctica es la que precisamente me ha demostrado que a veces he estudiado para el vacío.

    ResponderEliminar
  4. Tu estilo es digno de una columna de periódico y no lo digo por decir, estoy gratamente sorprendido.

    Mi opinión acerca del tema es que el saber tiene que estar dirigido hacia un objetivo concreto, de ahí la importancia de la especialización, sin perder de vista tampoco lo básico fuera de la especialización. El famoso quien mucho abarca, poco aprieta.

    El aprender libremente es un arma de doble filo. Por una parte la motivación puede hacer que el aprendizaje sea rápido, constante y autónomo, no obstante, siempre es bueno tener un camino marcado para no perderte. Ahora bien, este camino lo puedes seguir o no, pero siempre es bueno tenerlo por si acaso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado mi entrada aunque permíteme cuestionar si verdaderamente mi estilo sería adecuado para una columna...

      Eliminar
  5. Si alguna vez te preguntas por qué tienes tantas visitas, soy yo entrando en tu blog cada dos o tres días a la espera de una nueva entrada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. A ver si pronto tengo la ocasión de escribir otra entrada nueva.

      Eliminar
  6. Qué entrada tan bien redactada, estoy a la espera para ver nuevas publicaciones de tan alta calidad.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Rodrigo. Espero que las siguientes también sean de tu agrado.

      Eliminar
  7. Bestial Héctor, como va a jugar hoy el Borussia, muy buen trabajo !!

    ResponderEliminar
  8. Hola Héctor!

    Magnífica entrada, no conocía a este personaje, muy interesante.

    Yo te dejo una cita de juego de tronos: "el conocimiento es poder" o "el poder es poder".

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por el comentario Manuel.

      El poder es poder... y el poder poder es poder... y el poder poder poder también es poder... Se han escrito hasta libros sobre este asunto aunque sea de perogrullo... =)

      Eliminar
  9. No se si atreverme a opinar, dado el nivel la obra y las sucesivas observaciones.
    Desde mi prágmatico punto de vista:
    Aprender algo que no recuerdas es asimiliable estudiar para el vacio. ¿Cuánto recordamos de lo aprendido tras toda la enseñanza obligatoria?.
    Es más, ¿Cuánto recordamos de lo aprendido en nuestros estudios universitarios?.
    Y subo la apuesta ¿Cuánto de lo que recordamos nos ha sido directamente aplicable en el mundo laboral?. Venga ya puestos voy con todo y subo otra vez la apuesta ¿ y cuanto de lo que no recordamos nos habría sido útil en nuestra vida laboral?
    Se perdio el tiempo con aprendizajes no significativos y en los que no se fuimos adiestrados en el desarrollo de estrategias de aprendizaje extrapolables a otros ámbitos y materias.
    No se si en mi caso la edad ya hace mella y un incipiente alzheimer ha empezado a diluir neuronas y recuerdos, decidme, ¿debo preocuparme o tambíen os pasa a vosotros?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario. Es evidente que le has dedicado algo de tiempo lo cual, dada la situación de tus neuronas que describes, es de agradecer.

      Si no te he entendido mal, estás de acuerdo conmigo en que casi todo se aprende para el vacío. Reconozco que yo no había pensado en el vacío como aquello que se olvida pero ese caso también tiene cabida en mi exposición. Sin embargo, ya que va de apuestas la cosa y aunque sea tirar piedras contra mi propio tejado, ahí va la mía: ¿no será necesario que aprendamos gran cantidad de conocimientos para desarrollar (o aprender) determinadas cosas como, por ejemplo, la capacidad de síntesis?

      Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario