Parece que sí…
Aunque me tema que no,
estoy por aquí, a tu lado,
girando el dial a lo que venga,
sin nada que perder
tras otras seis que ya he quemado.
Quiero aprender a defender
la oscuridad que reside en lo hermoso.
Divino estrado que es la habitación-
refugio mientras sollozo, fatal.
H, otra vez estás tal cual.
Descreído, como es normal,
a los treinta y dos,
vivo a medio gas,
pensando que he tocado fondo,
y de pronto,
esta puta intensidad.
¿Quedan trucos por conocer
si juntamos los tuyos con los míos?
Tendremos que ir a cenar
a tu sofá, para escapar de esta ciudad.
Mal tiempo y poemas sueltos.
Que me perdonen mis novias de marzo,
pues he echado a rodar tras lo que fuiste,
como eres y por quien serás.
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