Ir al contenido principal

76.- Buenos Aires.

Aún me cuesta escribir

cuando apenas veo mi pantalla

perfecta, como cuando estabas aquí.

Este poema es otra trampa 

al microondas del corrector del texto,

es como el sexo del resto,

quizás, vaya, si es que puedo seguir.

Entre versos y ruleta,

enchufo un lexatín, y aún así 

siento que soy marea a la deriva

de algún bar infinito,

que rima la voz de mis amigos.

Esos que se fueron casi antes 

de haberte conocido.

Buenos Aires de acera a cera 

por dólar al peso, acondicióname 

por tu pelo, perdida iba mi Galicia

como un grito al viento,

aunque no sea ya la misma mina.

A qué alma tú querías,

gorda, no tengo cosas,

ni mejores, ni otras,

mas hago all in a oscuras en la timba.

Quemando los recuerdos,

no me busques, pues allí estaba 

todavía bolinga, 

nadando sin saber que 

desnudo, para dentro.

Comentarios