Ir al contenido principal

67.- Fiebre.

Fiebre de revolcones,
pudor de sentirnos de verás
al abrirnos las venas
entre caricias
y sábanas viejas.
Los zapatos del pasado,
tacón en dirección al cielo
de esta madrugada
para borrar los pasos
que mis cuarenta y dos y medio
esconden bajo las suelas.
Imprevisto como un corcho prensado
al brindar por su fuga,
los motivos riman
con las ganas de dejarte boquiabierta,
y otra vez del revés,
bailando al compás que naufraga
en tus besos del acorde
mi bemol mayor,
da capo, una vez que acaban.

Comentarios