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34.- Otra noche horrible.

Tragos rápidos
parados en la recepción,
cuando sobre la espuma
te siento llegar.
Yo echando raíces,
emborrachando mi soledad
en otra noche horrible,
rodeado por almas invencibles,
para descubrir que realidad
es solo un lugar
sin tiempo que perder.
Con dos motivos más que ayer,
donde todo lo que ves
fue antes el sueño
de alguno que estuvo igual.
Y ahora, en verdad,
tengo miedo a vivir
aquello que escribí
cuando bebía deprisa.


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