Parece que sí… Aunque me tema que no, estoy por aquí, a tu lado, girando el dial a lo que venga, sin nada que perder tras otras seis que ya he quemado. Quiero aprender a defender la oscuridad que reside en lo hermoso. Divino estrado que es la habitación- refugio mientras sollozo, fatal. H, otra vez estás tal cual. Descreído, como es normal, a los treinta y dos, vivo a medio gas, pensando que he tocado fondo, y de pronto, esta puta intensidad. ¿Quedan trucos por conocer si juntamos los tuyos con los míos? Tendremos que ir a cenar a tu sofá, para escapar de esta ciudad. Mal tiempo y poemas sueltos. Que me perdonen mis novias de marzo, pues he echado a rodar tras lo que fuiste, como eres y por quien serás.