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44.- Cuando todo era más posible.

Otra tarde de domingo,
después de estudiarme lentamente,
enfrento la hoja en blanco.
Mientras, las horas pasan de largo
y yo sigo pensando
que de un tiempo a esta parte
nada original me ha pasado.
No sabía qué escribir
y, cuando todo era más posible,
me preguntaste si escribía todavía:
que el azar virase hacia otro lado,
o que en la arena brotaran flores,
que la Luna esta noche no me siga,
o que los recuerdos se olvidasen
con tan solo preguntar
¿Qué tal te va esa vida?



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