Estando viajando entre otros,
con libros y periódicos, por si acaso
los propósitos novedosos
y algunos de los antiguos también.
La soledad nos ronda
entre tanta gente,
entre tanta gente,
y entre tantas cosas,
que mejor es dormirse un rato.
Y mientras siguen los libros viajando,
casi ya están llegando al destino.
Sin más que eso, al despertar,
encontraré todas las promesas que
no han de cumplir los demás.
Ni recuerdo ya las mías...
¿Qué más da?
Ahora me tengo que apear.
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