A 37 grados lentos, cuesta respirar dentro del vagón. Una vez en calma, los subtítulos de la pantalla, en esta cruzada por perder el miedo a las vidas encerradas. Y en el fondo tengo la sensación de haber estado haciendo el amor mientras escribía este mensaje difícil, cuando al compás de los rodajes, son las traviesas ligeras quienes bailan a escondidas sobre los raíles.