Líneas de ti por el suelo, y una nube de aire de mi habitación que nos sobrevuela a los dos. Es una cuenta pendiente, sabes lo que quiero decir. Tengo miedo a parar y quedarme frío. Por si te vas de viaje de siesta por la ladera de la Luna llena, recuerda que tenemos algo pendiente. Aunque te olvides del polvo suspenso y paciente, kamikaze de la luz valiente que se siente al trasluz de nuestras pupilas dilatadas, tendremos algo pendiente. Tu piel de arena desierta marcada por el color de la marea. Tu voz y un descosido de mensajes en clave. Utilízame para ese baile suave que está pendiente. Quizás sea otro, de nuevo en otros charcos, entre películas baldías o colocados, pero aguantaremos la respiración y detendremos los jueves, desde enero hasta diciembre, tragando el deseo que se corona en tu nombre, olvidando los tickets de aquello que aún nos queda pendiente.